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jueves, 17 de noviembre de 2011

Boletín BiblioFAUD No. 5 (Noviembre 2011)


Está disponible el 
Boletín BiblioFAUD No. 5 (Noviembre 2011).
Allí van a encontrar novedades bibliográficas, 
artículos de interés, noticias de la Biblioteca, etc.



viernes, 11 de noviembre de 2011

Hospital Nacional de Clínicas

Un poeta en una admirable síntesis llegó a expresar: "El Clínicas, es donde se nace y se muere".


En los comienzos de la década del 80 del siglo XIX se contemplaba la idea de construir un hospital escuela en las afueras de la ciudad de Córdoba y se comenzó a peregrinar en busca de un solar donde erigirlo, el que, finalmente, fue cedido por el intendente Juan M. La Serna.
El gobierno nacional consideró, en ese momento, que Córdoba presentaba mejores ventajas comparativas, dada su ubicación geográfica, su proximidad a zonas endémicas y su ubicación estratégica dentro de la red ferroviaria nacional, para la construcción de un hospital de alta complejidad. Sin embargo, pasaría mucho tiempo hasta ver la obra concretada, pues estuvo muchos años paralizada.
El 24 de mayo de 1913 la Academia Nacional de Medicina logró su deseo de ver inaugurado el hospital. 
Respecto a la autoría del proyecto se registraron algunas confusiones, ya que se lo atribuyó al Ing. Rafael Aranda; sin embargo, dicho profesional fue el encargado de los planos de un modelo de hospital a ser ubicado en otro sector de la ciudad, que finalmente no fue concretado. 
Los planos del Hospital de Clínicas fueron firmados por el Ing. Francisco Tamburini, quien diseñó un edificio de arquitectura típicamente italianizante. De la fachada con un ingreso jerarquizado se desprende un cuerpo central con funciones administrativas y luego una distribución simétrica de 10 pabellones. 
En el interior se destacan espaciosas galerías de armónicas proporciones.
Aunque fue inaugurado en 1913, sus ampliaciones continuaron durante décadas, completando el sueño que muchos de sus propulsores no pudieron ver realizado.
Así, en los años posteriores se erigieron las plantas superiores sobre los pabellones centrales, ampliando la capacidad de 250 a 430 internados.
El paso del tiempo ha dado lugar a que algunas partes de la primitiva construcción hayan sido amputadas o demolidas.
Lo que más se sintió fue cuando, durante la dictadura militar, se demolieron 4 pabellones, lo que significó un trauma en la vida del Hospital, ya que, sin ninguna razón, se despojó al nosocomio de más de 100 camas.
Aún así, el Clínicas conserva un papel fundamental en la atención de la salud pública y en la vida universitaria.
Sólo ciertos sectores del Hospital integran su declaratoria como monumento histórico nacional: el pabellón central, el pabellón de especialidades, cirugía, internación, la chimenea, el aula menor, el pabellón del Cáncer, el depósito, la cocina, la capilla, el aula mayor, el pabellón de Anatomía, la cátedra de Farmacología, los servicios generales y Anatomía Patológica.
En sus alrededores se formó un vecindario heterogéneo, principalmente de estudiantes-practicantes en el nosocomio. Se fueron construyendo gran cantidad de pensiones, albergues y comedores económicos, a medida que llegaban más y más estudiantes que, en la mayoría de los casos, se trataba de hijos de trabajadores del interior que tenían la oportunidad de soñar con un título de "doctor" por poco dinero pero con mucho sacrificio.
El Hospital Nacional de Clínicas es un símbolo imborrable para los médicos que en sus muros forjaron una disciplina, acrecentaron sus conocimientos y se convirtieron en celosos custodios del preciado bien de la salud humana.


Bibliografía consultada:
- Patrimonio arquitéctónico de los argentinos / coordinación general Marina Waisman. Buenos Aires : Sociedad Central de Arquitectos : Instituto Argentino de Investigaciones en Historia de la Arquitectura y el Urbanismo, 1982.
- El Clínicas : más que un hospital y que un recuerdo melancólico. En: La Voz del Interior, 22 Mayo 1988. [Supl. Especial]
- Curar y enseñar, una misión de 100 años: Hospital Nacional de Clínicas / Alejandro Mareco, Bibiana Fulchieri y Carlos Presman. En: La Voz del Interior, 19 Mayo 2013 [Supl. Temas]

Aprendiendo a usar la Biblioteca: Cómo localizar una Tesis/Trabajo Final


Si al buscar en el catálogo online un tema, autor o título determinado, en el registro aparece el ícono de libro y en la parte inferior de la pantalla bajo la columna "Signatura topográfica" un número precedido de T o TF, entonces has localizado los datos de una TESIS/TRABAJO FINAL:  


Este código indica la ubicación de la obra.

Las TESIS/TRABAJOS FINALES están ordenadas en orden numérico ascedente. Ej: T0057.

Las TESIS son el resultado de trabajos de investigación para obtener el título de la carrera de ARQUITECTURA, mientras que los TRABAJOS FINALES corresponden a la carrera de DISEÑO INDUSTRIAL. 
 
Esta pantalla de visualización del registro del documento también te indica si éste se encuentra en la Sala Centro o en la de Ciudad Universitaria.

Cuando has corroborado los datos y te interesa localizar el material para consultarlo, te dirigís al Mostrador de Préstamos para solicitarlo por el número que visualizaste. 

Con la TESIS/TRABAJO FINAL en mano, podés consultarlo en la sala de lectura, sin posibilidad de retirarlo en préstamo, ya que que es material no editado y, según la ley  de derecho de autor, sólo es posible consultarlo dentro de la Biblioteca..

Ante cualquier duda, consultá a los bibliotecarios.
Estamos para asesorarte en la búsqueda de información.


lunes, 7 de noviembre de 2011

Mario Roberto Alvarez



La figura de Mario Roberto Alvarez es ciertamente conocida dentro y fuera de Argentina. 
Protagonista de una carrera brillante, este arquitecto nació en Buenos Aires el 14 de noviembre de 1913. Egresó del Colegio Nacional Buenos Aires y de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Buenos Aires, con medallas de oro, recibiendo el título universitario en el año 1936.
A partir de ese momento, concretó diversas obras, tales como el Banco Popular Argentino y el Banco Río de la Plata, las Galerías Jardín, el Hotel Internacional Hilton, la Torre Le Parc y el Teatro General San Martín, todos estos ubicados en la ciudad de Buenos Aires. Asimismo, diseñó numerosas viviendas de propiedad horizontal y edificios de oficinas.
A la edad de 97 años, el 5 de noviembre d 2011, dejó de existir en la ciudad donde tantos edificios construyó dejando su huella.
No fue muy afecto a hablar de su trabajo, convencido que el mensaje está implícito en la propia arquitectura. De allí la importancia de rescatar algunas aseveraciones que lo muestran como profesional.


"Me defino como racionalista, pero a diferencia de Mies trato de adaptar la forma a la función, trato de dar un sentido y una razón a cada obra, porque creo que es la única base de la permanencia de las mismas."


"Ante todo, soy arquitecto y no crítico. He tratado en 45 años de hacer obras que perduren, que tengan vigencia, que sean buenas aunque no llamen la atención. Lo que uno hace no puede ser objeto de una emoción transitoria...tiene que ser permanente, estudiado y tal vez en algún caso podrá ser artístico."


"El tema del postmodernismo y las tendencias actuales es algo bastante parecido a las modas y esos arquitectos parecen tener el mismo desconcierto que los modistos. La moda es una cosa banal...la arquitectura tiene que ser, fue y es , otra cosa más seria...En la actual desorientación se incurre en el error de querer llamar la atención, sin preocuparse por la permanencia de las obras."


"Creo que la arquitectura siempre ha sido una, que tiene ciclos, que siempre hay una tendencia a hacer las cosas que funcionen, simples, con la menor cantidad de materiales. Uno de nuestros principios básicos es hacer lo más con lo menos. El otro no buscar llamar la atención. Usted no tiene derecho a legar a su ciudad o a su país su pretensión.Cuando hicimos el túnel Paraná-Santa Fe, como en todas nuestras obras lo hemos analizado y estudiado suficientemente, pensando en que debe tener permanencia, la que pocas veces se obtiene sin sostenido estudio."

Bibliografía consultada: 
- Mario Roberto Alvarez. En: Dos Puntos, No. 6 (1982), pp. 37-46
- Nuestra Arquitectura, No. 477 (1972) (Número dedicado)
- Summa, No. 80-81 (1974) (Número dedicado)