En esa época, las líneas italianizantes estaban a la orden del día. La clase alta cordobesa recogía sus modelos del viejo mundo y la tipología "chateau" se importó para ocupar los bordes de las ciudades.
En los archivos no se tiene referencia del autor de esta obra pero sí de quien diseñó el vasto jardín: el célebre paisajista Carlos Thays. Entre sus arboledas había un lago artificial que recibía las aguas del Río Suquía a través de un túnel, que subsistió hasta 1925, cuando un derrumbre segó un comunicación con el torrente.
Muchas de sus dependencias dan a un patio interno con galerías en cuyo perímetro un coqueto brocal denuncia un aljibe. También se destaca una torre-mirador que le da un toque medieval.
Con el transcurso del tiempo el magnífico solar fue habitado por los descendientes de esta familia, hasta que en 1972 se expropió el predio con miras a la construcción de un centro político y administrativo provincial que nunca se concretó.
Durante 14 años no tuvo destino y quedó abandonado, hurtándose los mármoles de la escalera principal, esculturas y otros objetos de valor.
Luego, en 1987, el palacete comenzó a restaurarse para convertirse en el Centro de Arte Contemporáneo, iniciativa del artista Antonio Seguí.
El Chateau Carreras hoy da cobijo a presentaciones de libros, conciertos, encuentros corales y conferencias.
Bibliografía consultada:
- Maldonado, Aída. El Chateau de los Carreras. En: La Voz del Interior (15 Set. 2007) p. 3E
- Navajas, María. Castillo donde el arte es rey. En: La Voz del Interior (24 Jul. 2007) p. 8G
- Trecco, Adriana. Córdoba: guía de arquitectura. Córdoba : Mayúscula, 1996.
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